Miré la billetera y la abrí, no había plata sólo documentos. Mire de nuevo la billetera, era de cuero marrón con bordes blancos, era linda. No era la mia pero era bastante aceptable. Por un momento pensé en la billetera como si fuera mía y decidí quedármela. A mi también me habían robado hacia poco y no me había vuelto a comprarme una. Recordé mi robo de la noche anterior: una pareja de gordos, uno morocho y una chica rubia nos emboscaron a mí y a dos amigas mías en el pasillo de una casa cuando volvíamos del kiosco. Eran las 5 de la mañana y estábamos justo llegando a la puerta cuando nos agarraron. Cuando me di vuelta veo a estos dos gordos abrazando a mis amigas por la espalda, tarde en darme cuenta de que era ladrones y nos estaban robando. "Somos amigos, hagan de cuenta de que somos todos amigos y sin gritar entreguenle las carteras a la chica." Miré a la chica rubia y me paralicé, yo no quería darles nada, ya me habían robado ese mismo día más temprano y no podía creer que esto estaba sucediendo de nuevo.
Volví a mirar la billetera que había encontrado tirada en la calle. Pensé en la propietaria, a ella también le habrían robado y me dio lástima. Seguramente también querría recuperar su billetera, entonces saqué el documento y lo miré buscando algún nro. de teléfono. No pude leer de quién era y la foto era bastante borrosa pero era una chica.
Me desperté. No podía creer que estaba soñando. Luego recordé los robos del día anterior, esos sí que eran reales. Hubiera querido que fueran sueños.
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